Augusto Cervera: Artesano de Canciones
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Nació en el año de 1951 en el municipio de Purificación (Tolima); su padre fue Gustavo Cervera Ternera, oriundo de Venadillo y su madre, Aquilea Castañeda Tafur, de origen purificense.
Es un hombre polifacético: constructor de instrumentos musicales típicos, creador de esculturas, entre ellas la notable Tambora del Espinal, (gigantesca instalación que da la bienvenida en la rotonda de este municipio); escritor de poesía y autor de música andina colombiana.
Explorar el mundo de Cervera, implica adentrarse en un universo donde convergen el arte, la poesía, la escultura, la música y el amor por la tierra. Con sus manos y su voz ha logrado expresar de una manera genuina y particular su interés por la tradición, el arraigo y el sentido de pertenencia.
Su creación musical es prolífica, ya que tiene en su haber más o menos ciento ochenta y nueve canciones (que de momento el ejercicio de la memoria ha dejado sacar a la luz). Durante décadas ha sido un creador y él mismo define su vida como “una continua búsqueda de algo nuevo qué inventar”, ya sea en su taller de artesano o con su guitarra, eterna compañera.
Cervera nació en cuna de labriegos, siendo el mayor de ocho hermanos. A los cinco años, buscando mayor estabilidad y mejores condiciones de vida, su familia lo llevó a vivir a Espinal, patria chica que en una de sus canciones denominó el “cancionero de Colombia”. Allí transcurrió la mayor parte de su vida y es allí donde evolucionó su inspiración creativa.
La primera obra musical de Augusto Cervera se tituló Caña sin nombre y la compuso a los dieciocho años de edad (1969). Desde muy joven mostró su interés por el género Caña, distintivo del Autor mayor del Tolima, Cantalicio Rojas, a quien no conoció personalmente, pero admiró en la distancia.
La obra de Augusto Cervera ofrece posibilidades para el diálogo creativo y la generación de ensambles en diversos formatos musicales.
Este material ofrece una exploración sobre la obra musical del canta autor tolimense Augusto Cervera Castañeda, como una contribución a la difusión de repertorios de música andina colombiana y en particular de los valores musicales regionales.
El proyecto surgió como iniciativa de la Corporación Grupo Ikeima, con el apoyo del Ministerio de Cultura, en desarrollo del programa Territorio sonoro del rajaleña y la cucamba, y con recursos del programa Nacional de Concertación Cultural.
La propuesta pretende exaltar y reconocer la riqueza musical y creativa personificada en valores humanos que, como el maestro Augusto Cervera, representan el orgullo y la identidad de la cultura musical andina de la región centro sur y de Colombia.
Así mismo, mediante esta obra se busca tender puentes entre las músicas colombianas de tradición, con músicos, pedagogos, medios de comunicación, escuelas de formación musical y las nuevas generaciones, a través de recursos digitales y la Internet.
En el proceso de investigación, el maestro Cervera accedió a sacar de su caja de recuerdos una variedad inusitada de creaciones, unas casi perdidas, otras inéditas, otras más reconocidas, para ser compartidas con este proyecto, en pro de los procesos culturales musicales del territorio sonoro.
El trabajo contempló, en primer lugar, el acopio de los títulos que componen la obra del autor; para pasar a una selección de obras y posteriormente documentarlas en esta presentación digital.
En esta sección se encuentra una compilación de la creación musical de Augusto Cervera. Contiene una completa catalogación de los títulos del maestro, una colección sonora, realizada por artistas del Territorio en versión libre, y una colección de su discografía, con énfasis en obras para dueto.
Cuenta el maestro que, siendo entrenador de boxeo, se animó a participar en un concurso de duetos de música andina colombiana organizado por la Alcaldía de Espinal, en conjunto con su amigo de toda la vida Daniel González Guerrero, y ganó.
Este hecho marcó el inicio de la carrera artística del dueto Augusto y Daniel (Cervera en el tiple y voz segunda, Daniel en la guitarra y voz primera), llegando a compartir tarima en diferentes oportunidades con duetos como Silva y Villalba o Garzón y Collazos.
Más adelante conformó, con el músico Edgar Rojas, el dueto Rojas y Cervera, con quien experimentó algunos años de actividad artística participando en tarimas a nivel regional y nacional.
A comienzos de los ochenta, junto con Jairo Alfonso Acosta Murcia, conformó el dueto Acosta y Cervera, con quien actuó en los más variados escenarios, incluyendo el programa de televisión Embajadores de la música colombiana, de gran audiencia nacional, dirigido y presentado por Jorge Barón.
En sus ires y venires, entabló amistad con notables compositores de la música colombiana como Arnulfo Briceño y Jorge Villamil.
Con el dueto Acosta y Cervera circuló por los principales encuentros y festivales de la región andina, como el Festival "Hato Viejo Cotrafa" en Bello; Festival nacional del pasillo en Aguadas; Concurso de duetos “Hermanos Moncada” en Armenia; concurso nacional del bambuco “Luis Carlos González” en Pereira; Festival folclórico colombiano en Ibagué; festival de música andina colombiana “Mono Núñez” en Ginebra; el festival folclórico en Neiva, entre otros. Al cumplir los dieciséis años de vida artística, el dueto se disolvió dada la necesidad de un respiro diferente en la vida de cada integrante.
Posteriormente, fundó una nueva etapa en su vida artística con la creación del grupo La Fe, conformado por la familia Cervera, con el propósito de crear “un fortín cultural” en su municipio.
La vocación musical de Cervera se ha visto complementada con actividades alternas, como la construcción de instrumentos y la realización de proyectos escultóricos, siendo el más notable de ellos la instalación de la Tambora de Espinal, iniciativa que le surgió después de ver a su fallecido padre dibujar la pieza con absoluta precisión con una varita sobre un suelo polvoriento, como cuando dibujaba planos de topógrafo. Esta imagen lo alentó a materializar este sueño, para honrar a su viejo, a quien años atrás le había prometido “hacer algo grande con estas manos”.
Espinal, tradición y cultura
“El valle del Espinal entre tres ríos,
Y un cerro que es lecho del sol;
Magdalena, Luisa y Coello…”
Himno municipal
